El IDECS – Instituto para el Desarrollo de la Cultura y Sociedad organizó una conferencia para jóvenes profesionales titulada “La Rubia de Nash y el Juego del Amor”, enfocada en explorar la libertad personal desde una perspectiva filosófica. La charla se llevó a cabo en las instalaciones del IMF y fue impartida por el PhD. Alberto Vargas, doctor en filosofía y máster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones.
Durante el evento, se abordaron temas como la influencia de las limitaciones sociales y personales en nuestras decisiones, la relación entre libertad y responsabilidad, y la trascendencia de la libertad en la búsqueda de sentido en nuestras vidas y relaciones. La conferencia invitó a los asistentes a reflexionar sobre cómo ejercer la libertad de manera auténtica en un mundo lleno de desafíos y condicionantes.
En la conferencia, se habló sobre la libertad como un tema central en nuestras vidas y relaciones. Se explicó que la libertad no es algo absoluto, ya que está influenciada por cosas como las reglas sociales, nuestras emociones y las limitaciones del mundo físico. A pesar de estas restricciones, la libertad sigue siendo clave para entender cómo tomamos decisiones, especialmente en el amor, donde elegir implica un balance entre lo que queremos y lo que es mejor para los demás.
Un punto importante fue cómo las decisiones en el “Juego del Amor” reflejan esa mezcla de libertad y responsabilidad. Aunque nuestras elecciones están influenciadas por factores internos y externos, siguen siendo nuestras. Este juego muestra que las relaciones humanas no solo son un acto de libertad, sino también de compromiso y de construir algo en conjunto.
Finalmente, se habló sobre cómo podemos superar los límites de nuestra libertad al crecer como personas y pensar más allá de nosotros mismos. Según esta idea, ser realmente libre significa tomar decisiones que beneficien no solo a uno mismo, sino también a los demás, y vivir con valores como la generosidad y el amor verdadero. La libertad no solo se trata de hacer lo que queremos, sino de buscar un propósito más grande en nuestras vidas y relaciones.
