Al menos el 90 % de las personas se ha planteado, alguna vez en su vida, generar un proyecto propio. Desarrollar las ideas de negocio e implementarlas no siempre es sencillo: implica perder el miedo, arriesgarse, soñar y al mismo tiempo ser sensatos. Pero, ¿cuáles son las claves para que nuestros proyectos tengan éxito? Mira estos consejos de Diego Montenegro:

En época de crisis surge una serie de emprendimientos, ¿cómo desarrollar ideas que sean realmente novedosas?
Hay que diferenciar los emprendimientos de «supervivencia» de los reales emprendimientos que pueden tener crecimientos importantes. Las ideas pueden surgir de necesidades latentes; es decir, el emprendedor debe tener la capacidad de proyectarse hacia adelante y mirar qué es lo que necesitará el mercado, sus deseos e intereses. Siempre es mejor desarrollar una idea desde su concepción en un equipo de trabajo con diferentes personalidades, generaciones, multidisciplinar ,con mujeres y hombres. Otra manera es observar mucho los hábitos y comportamientos de las personas o «cortar y pegar»; es decir, tomar ideas de diversas industrias, juntarlas y generar algo novedoso.
¿Toda persona detrás de un negocio es, necesariamente, emprendedora?
No necesariamente. Existen personas que no tienen muy desarrollada la creatividad pero son excelentes gestores y líderes. Son capaces de seguir un «mapa estratégico», de desarrollar competencias superiores y conseguir los resultados con una clara orientación a la acción.
¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta el momento de desarrollar un proyecto?
Primero, tener un equipo diverso, con capacidad de mirar las cosas desde diferentes perspectivas; segundo, generar los comportamientos necesarios para que el proyecto pueda llevarse a cabo de manera adecuada: liderazgo, creatividad, innovación, centralidad en las personas y una visión; tercero, planificar una serie de elecciones o hipótesis de lo que debería suceder para que el proyecto tenga éxito: quiénes serán los consumidores, el servicio, los canales de venta, los procesos clave, recursos necesarios, aliados estratégicos y la forma de capturar valor del mercado; y, por último, establecer la forma de ejecutar el proyecto y obtener los resultados que deben ser medidos para saber qué cambios son necesarios.
La urgencia de adaptación muchas veces no da tiempo a las buenas ideas, ¿cómo lograr «hacerles un espacio»?
Se debe lograr las dos cosas a la vez: tener una idea que luego de un proceso se convierta en una innovación que se pueda llevar con éxito para las personas; pero también, tiene que concebirse y desarrollarse lo suficientemente rápido para no perder la oportunidad. Muchas veces excelentes productos o servicios no logran tener éxito por no llegaron en el momento oportuno; y otras veces, un producto mínimo viable es exitoso porque lograra hacer un «market-fit» inmediato, para después ir escalando y mejorando radicalmente.
¿Cómo desarrollar un proyecto que, además de innovador, sea sostenible en el tiempo?
Debe existir una clara hoja de ruta y un modelo estratégico que genere valor detrás de un buen proyecto. Los componentes fundamentales son: tener una cultura organizacional, una estrategia, un modelo de negocio, proyectos y planes para la ejecución; y lo más importante: innovación que no genera una rentabilidad NO es innovación. Producto que no lleve al cliente a la «caja registradora», ganando lo necesario, no sirve.
La frase:
No se consigue ninguna innovación o producto disruptivo estando en la «zona de confort». Se debe arriesgar pero con un objetivo y un plan en la mente. Ser emprendedor no es poner cualquier «negocito» o revender cosas a un mayor precio. Se requiere de una forma de pensamiento que comienza en la generación de conocimiento, resuelva un problema, sea una causa justa por la que pelear, tenga una creencia profunda de por medio, que sea diferente y de mejor desempeño que otros en el mercado y que pueda escalar hasta convertirse en algo disruptivo. Para esto, no existen límites geográficos, no alcanza la
segmentación tradicional, se debe aprovechar las nuevas tecnologías y la transformación digital. Ser emprendedor no significa estar en todas las redes sociales ni ser un «influencer». Es entender para actuar en el momento oportuno.