El pasado 14 de febrero, la comunidad universitaria de la Universidad Hemisferios se unió en oración para celebrar la Fiesta de María, Madre del Amor Hermoso, una devoción muy especial para el Opus Dei. Esta celebración coincide con dos aniversarios importantes: el inicio de las actividades del Opus Dei con las mujeres en 1930 y la fundación de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en 1943. Ambos eventos históricos están profundamente arraigados en la devoción a la Virgen María bajo este hermoso título.
En su homilía, San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, reflexionó sobre la figura de María como modelo de amor puro y desinteresado. «Yo soy la Madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza», escribió el santo, destacando la importancia de vivir una vida centrada en el amor a Dios y al prójimo.
La Capellanía de la Universidad Hemisferios organizó una Santa Misa en honor a esta festividad, invitando a toda la comunidad universitaria a unirse en oración y celebrar la vida de María.


¿Por qué es importante esta celebración?
La devoción a María, Madre del Amor Hermoso, es una fuente de inspiración para los miembros del Opus Dei y para todos aquellos que buscan vivir una vida más plena y significativa. Al celebrar esta festividad, la Universidad Hemisferios reafirma su compromiso con los valores cristianos y busca fomentar un ambiente de fe y fraternidad entre sus miembros.
En su homilía, “Madre de Dios y Madre nuestra”, san Josemaría reflexiona sobre esta devoción explicando:
“Yo soy la Madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza”. Éstas son las lecciones que María nos recuerda hoy. La lección del amor hermoso, de vivir una vida limpia, de tener un corazón sensible y apasionado, para aprender a ser fieles en el servicio a la Iglesia. Éste no es un amor común. Es el Amor mismo. Aquí no hay lugar para la traición, ni para el cálculo, ni para el olvido. Es un amor hermoso, justo, porque su principio y su fin es Dios, tres veces Santo, que es toda Belleza, toda Bondad y toda Grandeza.
Pero también hay una referencia al miedo. Para mí, el único miedo que puedo imaginar es el de alejarnos del Amor. Dios Nuestro Señor ciertamente no quiere que seamos inhibidos, tímidos o tibios en nuestra entrega a Él. Él quiere que seamos audaces, valientes y refinados” ( Amigos de Dios , n. 277).